TRUCOS DE LO MÁS DIVERSO

Si B se encuentra en el peor de los casos -controlado por A, en la zona 5 y navegando amurado a estribor hacia la izquierda, ¿qué otras posibilidades de escape tiene que no sean los intentos de virar y trasluchar jugando con que A infrinja la regla 35? Tiene varias. La más usual y espectacular, por lo sorprendente para el espectador, es la utilización de obstáculos presentes en las inmediaciones de la línea de salida, como pueden ser rocas (situación poco frecuente) o barcos de espectadores, fondeados o no, que es lo más común.

El uso de barcos fondeados para escaparse del control de A puede resultar un éxito para B si maniobra procurando adelantarse a A a barlovento del obstáculo, o bien puede utilizar la regla 35 para escapar. Para bloqueara B, A deberá calcular con precisión la reducción de velocidad en su virada

En la figura 4a se ilustra un primer ejemplo. B, agobiado por el control de A, enfila un barco fondeado en las inmediaciones de la línea. Una de las opciones es contornearlo lo más cerca posible por sotavento, de forma que el mismo barco anclado permita a B virar sin que A se pueda colar por barlovento. De este modo, si A sigue a B alrededor del barco, B se escapada fácilmente de su control, yendo rápidamente hacia la línea, si es tiempo de salir, o hacia la zona 3 de seguridad. Pero lógicamente, si A es lo suficientemente astuto, no caerá en la ingenuidad de seguir a B, sino que orzará y virará por el otro lado del barco para irse a encontrar, amurado a estribor, con B, cuando este salga, amurado a babor, por barlovento. Para ello, A deberá reducir su velocidad de forma precisa para que, al encontrarse con B, éste esté aproximadamente de través con la cadena del ancla del barco y obligarle de este modo a virar para caer de nuevo bajo su control. La situación es de nuevo muy conflictiva para ambos y para los árbitros es otro dolor de cabeza a causa de la regla 35. A deberá calcular su maniobra con la suficiente precisión como para no tener que alterar su rumbo en la fase final para bloquear a B, de lo contrario B protestaría y A sería penalizado.

Esta “Fase final" es un periodo de tiempo de percepción relativa que induce a numerosas polémicas y es el principal causante de los furibundos aullidos que se dedican los regatistas entre sí y a los árbitros, y que constituyen otra de las características destacables del match-race.

La otra opción de B es contornear el barco de los espectadores por barlovento, como indica la figura 4b, para intentar una maniobra similar a la anterior pero trasluchando.

Insertar grafico pag 53 (Figura 4b)

Al igual que en 4a, A deberá ralentizar para hacer rumbo de colisión con B a sotavento del barco fondeado. Si, como muestra la figura de la derecha, no se retrasa, llegará a A4 sin posibilidad de alterar su rumbo, obligado por la regla 35, para encerrar a B que va amurado a babor, y éste podrá escapar.

También aquí vamos a suponer que A no va a caer en la trampa de seguir a B, sino que arribará para irse a encontrar con B a sotavento del barco. Nuevamente, A deberá ralentizar para que B no se le cruce por la popa escapándose de su control, protegido de nuevo por la regla 35. Si A calcula bien su timming, puede abortar la intentona de B que se verá obligado a dejarle paso trasluchando y cayendo de nuevo bajo su control.

Todas estas maniobras están claramente orientadas a la penalización del contrario más que a conseguir una posición ventajosa en la línea. Un regatista hábil y experto que se enfrente con uno poco ducho en el match-race puede llegar a conseguir hasta más de tres penalizaciones en el periodo de presalida. Luego, una vez el disparo ha sonado, las maniobras del match-race se parecen más a las de flota, aunque también con un buen número de salvedades. Pero esto sería ya motivo de otro artículo...